miércoles, 2 de agosto de 2017

CUÉNTANOS

Tenía 18 años años y había estado con mi novia unos tres meses, y durante ese tiempo me acerqué mucho a una amiga suya. Pronto comencé a dejar de querer pasar tiempo con ella. La razón por la que le ponía los cuernos en lugar de romper con ella era porque no quería ser la razón por la que rompieran su amistad. En resumen, era una situación difícil para todos, éramos jóvenes y no sabíamos cómo afrontar la situación”, dice ahora, desde la experiencia.
"Nunca le contaré lo que pasó".

"Cuando me enviaron a una misión internacional, mi mujer me engañó al menos tres veces. Ella fue la que me lo dijo. Le dolió muchísimo, y conseguimos superarlo. Unos años después, en el extranjero, comencé una relación con una compañera de trabajo. Duró seis meses. En ese momento, lo justificaba como si tuviese que ponerme a su nivel. Ahora me siento fatal. Lo hice, se terminó y nunca le contaré lo que pasó”.

Fuente: MSN

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