Cuando la moda toma partido
“Nuestra voz es la única cosa que nos protegerá”, reivindicaba la camiseta que lucían los relaciones públicas de Jeremy Scott la noche del viernes, cuando se celebró su desfile de la Semana de la Moda en Nueva York. El diseñador, que dedicó su colección para el próximo invierno al culto a los famosos, no quiso perder la oportunidad de hacer política. Este pequeño manifiesto era un claro acto de protesta contra la llegada de Trump al poder, que ha dejado a la industria de la moda en estado de shock: “Es algo que nos afecta en todo lo que hacemos. Y quiero usar mi voz para hablar contra el Gobierno. No estoy nada contento con la forma en la que están actuando. Porque no son mayoría. No fue el voto mayoritario y no es lo que siente la mayoría”, explicaba un serio Scott tras la presentación. Y de nuevo América y algunos de sus personajes más icónicos pasearon encima de la pasarela. Lo hicieron en su versión más kitsch, como a Scott le gusta: los sesenta, el boudoir, el encanto del glamour del viejo Hollywood, pero de forma casual y cotidiana.
Scott interpretó en diferentes colores el famoso traje Aloha, que Elvis Presley lució por primera vez en 1973. También citó el vestido blanco que Marilyn Monroe popularizó en la película de Billy Wilder La tentación vive arriba y el dorado de Los caballeros las prefieren rubias. No faltó Michael Jackson, estampado en una chaqueta. Ni la imagen Technicolor y aterciopelada de Jesús, en prendas y calzado. Para Scott la colección intenta reflejar cómo se pone "en tan alta estima" a la gente que es famosa. “Y también a Jesús. Y entonces pensé: es por esto por lo que tenemos a este animador jefe. Que ahora es presidente…”. No fue la primera nota política de la Semana de la Moda. Ese mismo día por la mañana, Raf Simons hacía sonar la pertinente canción This is not America (1985), de David Bowie y Pat Metheny, en su debut.
Fuente: El País.
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