5 Curiosidades sobre cómo detectar el embarazo en la antiguedad
Sabemos que el humano habita el planeta Tierra de hace miles de años. Hemos sobrevivido a través de eras y etapas que nos han hecho evolucionar cada vez más en ciertos aspectos (como en otros pareciera que no hemos aprendido).
El ser humano ha ido evolucionando y creando, a lo largo de todos estos años, nuevos métodos, nuevas tecnologías, nuevas herramientas, técnicas, entre miles de cosas más.
Por ejemplo, una de las cosas que no se queda atrás es la detección del embarazo en la mujer. Actualmente tenemos la maravilla de tener pruebas caseras que detectan la hormona del embarazo. Si se quiere una información 100% acertada acudimos a la prueba de sangre.
Sin embargo, ¿cómo hacían las mujeres de antes que no tenían ni una cuarta parte de la tecnología que tenemos ahora? A continuación te mostraremos 5 curiosidades de cómo hacían las mujeres para saber si estaban embarazadas en la antiguedad (sin orden específico):
1. El examen del conejo
Esta probablemente te moleste más que cualquiera. Mas no es sorpresa para nosotros que el humano haga todas las pruebas en animales, especialmente en los roedores.
En el año 1920 este método consistía en inyectar una dosis de orina de la mujer que está embarazada a conejos, ratas y ratones hembras que no tienen su sexualidad desarrollada.
Debía ser una inyección diaria durante cinco días. Al quinto día mataban al animal y lo abrían. Si se les habían desarollado masas protuberantes en los ovarios, entonces la mujer tenía la hormona de embarazo.
2. En el antiguo Egipto
En esta época, los egipcios tenían la percepción de que la orina de la mujer tenía alguna sustancia tan poderosa como para hacer crecer algunas cosas.
Para detectar que una mujer estaba embarazada, le hacían orinar encima de una semilla de trigo en días específicos.
Su manera de medirlo era viendo si el trigo germinaba o crecía. Si esto pasaba, quería decir que la mujer estaba embarazada.
Así como veían si había embarazo, también podían determinar si era niño o niña. Si crecía bastante era niña, si a penas germinaba, era niño.
Efectivamente en el año 1964 algunos científicos hicieron la prueba para ver si esto podía ser cierto o eran inventos y creencias de los egipcios. Resultó ser una investigación con un70% de veracidad.
(Las mujeres embarazadas que leen esto si quieren hacer la prueba, son bienvenidas).
3. La prueba de la cebolla
Si ya el título te perturba, pues lo que leerás después será peor…
Mientras que los egipcios querían llevar la delantera en todo, los de la Antigua Grecia no se podían quedar atrás.
Su método era que las mujeres que creían o que estaban esperando un bebé, insertaran dentro de su vagina una cebolla o algún tipo de vegetal con olor bastante fuerte y pasara con ella en sus horas de sueño.
Su manera de analizar era que si al día siguiente a esta persona le olía el aliento a cebolla, no estaba embarazada.
Su argumento se basaban en que el vientre se abría cómodamente cuando no había feto adentro, entonces se podía utilizar como un túnel de viento.
Si existía un bebé, obstruía esa ráfaga de viento; por lo tanto el olor a cebolla no se puede esparcir hasta su boca.
(Y si no estaba embarazada, después con ese olor no creo que otra persona quisiera dejarla con un espermatozoide).
4. El análisis de la rana
Ya para los años 1940 seguían haciendo experimentos y análisis en otro tipo de animales. Esta vez las víctimas del descubrimiento fueron las ranas.
La mujer debía realizar una muestra de orina, luego el científico colocaba este líquido en una jeringa y se lo inyectaba a la rana. Si esta producía huevos en menos de 24 horas, quería decir que la mujer estaba encinta.
Lo bueno de este examen es que una vez que veían que la rana no servía, podían soltarla en su hábitat natural.
5. Profetas de orina
Sí, si había profetas de todo tipo, esta no podía faltar ni un poco.
En el siglo XVI existía el concepto de que la orina de la mujer embarazada era totalmente distinta a la de una mujer no encinta… e incluso a la de un hombre.
Por eso, mezclaban la orina con vino, ya que la hormona del embarazo creaba una reacción química con el alcohol de la bebida. Incluso, más allá del embarazo, estos profetas de orina podían notar si la persona podía padecer de una enfermedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario