viernes, 29 de abril de 2016

ANIMALES


Husky siberiano

Desde la más remota antigüedad, varias tribus de tipo esquimal de Siberia usaban perros para unas funciones específicas en la vida diaria. Estos perros eran esenciales para la supervivencia de las personas, ya que llevaban a cabo tareas vitales que incluían acompañar a los cazadores, olfatear rastros y ayudar a transportar el alimento de vuelta a los poblados. Cada tribu tenía su propio tipo específico, que en este punto era el precursor de una raza de perros concreta, pero todos los perros de tipo nórdico eran similares en el sentido en que eran perros de tipo chacal que, en algún momento, habían sido cruzados con lobos árticos. Por supuesto, esto fue hace muchos siglos, y a través de la cría cuidadosa y de la conservación de líneas de sangre puras, el «lobo» fue eliminado del perro. El Siberian Husky de hoy día no es un híbrido de lobo salvaje, tal y como cualquier persona cercana a la raza atestiguará, sino que es un perro hermoso, amistoso, tratable y maravilloso en sus capacidades como mascota y como perro de trabajo.

En Siberia, los ancestros del Husky fueron usados en su origen para cazar, hasta que se les encontró otro uso. Cada tribu criaba y mantenía a su propio
tipo específico de perro. Estos perros nórdicos acabaron dando lugar a diferentes razas que conocemos hoy día: el Alaskan Malamute, el Eskimo y el Samoyedo, por nombrar a unos pocos. A la tribu Chukchi se le atribuye el mérito del origen del perro al que conocemos hoy día como Siberian Husky. Los Chukchis habitaban la zona de Siberia más cercana a Alaska. En una cierta época el clima no era tan duro, pero las condiciones climáticas cambiaron para peor, forzando a la tribu a aventurarse y alejarse de su emplazamiento para conseguir comida. La tribu vivía en las tierras del interior, pero acabaron dependiendo del mar para obtener su alimento. Así pues, surgió la necesidad de un medio para transportar el alimento a través de considerables distancias, y el trineo se convirtió  en ese importante medio de transporte. Así pues, nació el «perro de trineo». Además de acompañar a los hombres hasta el mar y de traer alimento a casa, los perros de trineo fueron usados para transportar bienes, para el comercio entre tribus, y para transportar las posesiones de las tribus si éstas tenían que ir a vivir a una región menos inhóspita.

El Husky, al que en aquellos tiempos se llamaba Chukchi Siberiano o sencillamente Chukchi, fue criado sobre todo para la resistencia más que para la velocidad o para la fuerza. Los perros eran criados específicamente para tirar de cargas ligeras a una velocidad media. Las cargas más pesadas requerían equipos de perros.  Lo más importante fue que eran capaces de aguantar las largas distancias y de transportar su cargamento intacto. Los perros debían ser muy eficientes en cuanto a la administración de su energía, ya que tenían que realizar su cometido con el menor esfuerzo posible. Necesitaban que les sobrara energía para mantener sus cuerpos calientes bajo aquellas temperaturas por debajo del punto de congelación.

Los Chukchis eran meticulosos en el mantenimiento de las líneas puras de sus perros. Sólo se hacía criar a los mejores machos líderes; el resto eran castrados. Los perros debían poseer una resistencia prácticamente inagotable, un excelente olfato, un pelaje denso y lanoso que les protegiera del duro clima, ser extremadamente tratables y con deseo de obedecer. Hoy día, la raza es considerada como una de las más amistosas y especialmente conocida por ser buena con los niños. Esto tiene mucho que ver con la manera en que los componentes de las tribus trataban a los perros. Las mujeres y los niños Chukchis eran los responsables de su cuidado diario, así pues los perros se adaptaron a la vida familiar y se acostumbraron a relacionarse mucho con las personas. Se animaba a los niños a jugar con los perros. Se consideraba a los Siberian Husky de hoy día como excelentes mascotas caseras: muy juguetones y siempre dispuestos a hacer un nuevo amigo.

Fuente: Mundo Animalia   

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